Contiene una de las más altas concentraciones de minerales del mundo, principalmente sales de Magnesio, calcio, sulfatos de sodio, plata y titanio. Los nativos del valle de Okanagan hacían uso de sus aguas por sus propiedades curativas, siendo para ellos un lago sagrado.
Debido a las altas temperaturas del verano, el agua del lago se evapora, permitiendo la cristalización de los minerales, con lo cual se crean las manchas de color azul, amarillo y verde, que caracterizan y hacen único este lugar.
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